luciérnaga sublingual
desaforismos
club de bochas del parque rodó
10 diciembre 2014
El ratón
Los
que esconden la piedra,
que
tiren una mano;
los que estén
libres de brújula,
que
arrojen la primera pérdida.
El
colchón es una alcancía
llena
de sueños y pelusas.
En el rincón más
oscuro,
el ratón tocaba el
arpa;
el director de la
orquesta
era un violinista
manco,
que había perdido
la mano
corriendo por los
tejados.
El
que quiera que lo escuchen,
que
chifle en el culo de un chancho;
el
que quiera remojarse,
que
pesque una mojarrita.
El
trabajo dignifica…
sólo
cuando se pierde.
El
colchón es una alcancía
llena
de sueños y pelusas.
En el rincón más
oscuro…
De-rumba
No se sabe de dónde
pintó un día
un
balde de pintura medio rara
con
la que dibujar en las paredes
las
cosas que la gente más deseara;
algunos
quisieron comer asado
y
dibujaron uno en algún muro,
y
al punto lo tuvieron en las manos,
así
nomás de golpe y sin embrujos.
Entonces
cada día los pinceles
pintaban
hamburguesas y colchones,
almohadas,
cacerolas, choripanes,
y
hubo hasta rosca con chicharrones.
Un
día se quejó el almacenero
de
que era un atropello escandaloso;
de
noche lo pintaron con muletas
y
para siempre el rengo fue su apodo.
Quedaba muy poco de
la pintura,
así que se llamó a toda
la gente
para ver qué se
hacía con el resto…
acaso organizar un
gran banquete.
La
idea que se impuso fue el dibujo
de
toda la ciudad, pero en pequeño,
donde
estaban las cosas más odiosas,
los
bancos, los cuarteles y los templos,
las
cárceles, los shoppings, los canales,
todas
las dependencias del estado,
y,
cuando se acababa la pintura,
ya
era una gran fiesta en todo el barrio.
Todo el mundo traía
su maceta,
su pala, su
martillo, su zapato,
su pico, su
cuchillo o su cascote,
para golpear el
muro y derribarlo.
Sabemos
que el derrumbe ya ha empezado,
pero
nunca sabremos cuándo acabe;
quizás
aún se halle muy lejano,
quizás
esté a la vuelta de su calle.
Por las dudas si
escucha algo que cae,
será mejor que
piense en su futuro,
no sea que en la
pintura del muro
usted también esté
en alguna parte.
Los sapos
Los sapos tienen
paciencia,
porque olvidaron la
violencia
y fuman hasta que
explotan.
Los sapos ya no son ranas,
porque no les importa nada;
quieren saltar y rebotan.
Los sapos son más felices
si los tratan de perdices
y los cazan
cuando votan.
Los sapos saben de todo
y hablan hasta por los codos
de lo que a nadie le importa.
Los sapos son divertidos
y se cambian de vestido
aunque la fiesta sea corta.
Los
sapos se hacen los osos,
si
son sapos de otro pozo
los
que se ponen de moda.
Pésame
La
originalidad es una marca registrada.
Las
tribus están llenas de caciques.
El
lenguaje es disfraz y no frazada.
Los
líderes se camuflan criticándolos.
El
mundo es un teatro, pero mal actuado.
Las
vacas acá también son sagradas.
Los
libros son panteones, no sólo por el precio.
Nadie
es profeta, mucho menos en su entierro.
Los faquires sueñan
que son caníbales.
Los intelectuales
sin huevos
son los nuevos monjes.
Es el voto donde el
alma renuncia.
El sentido común es
un sentido pésame.
Pésame, pésame mucho,
como si fuera esta noche la
última vez.
La
biblia es la primera de las constituciones,
ajo
por ajo y diente por diente.
La
calle anda con dolor de suelas.
El
menor es mayor siempre que no sea tu hijo.
El
ojo es un bolillero de mundos.
Lo
peor de las instituciones
es la idea que encierran.
La
propiedad es la madre de todos los juicios.
Lo
malo del vino es que, como vino, se va.
Los faquires sueñan
que son caníbales…
Pésame, pésame mucho…
Viaje al centro de la tierra
Todo
empezó una mañana
cuando
fuimos a la playa
y
empezamos a jugar
con
los moldes y las palas.
Después
de varios intentos,
nos
aburrimos un poco
de
castillos y montañas
y
empezamos con un pozo.
Al
principio era chiquito,
después,
claro, fue creciendo,
junto
con nuestro entusiasmo,
el
tamaño del agujero.
Pero no era para
tanto,
aunque parezca
quimera,
sólo queríamos
llegar
hasta el centro de
la tierra.
Luego
nos metimos dentro,
vimos
que era divertido,
alguien
trajo una escalera
y
alguien más baldes y picos.
La
gente se iba arrimando
y
ya se sentían las ganas
de
colaborar con la obra,
que
a esa altura ya era magna.
El
sol ya se estaba yendo,
y
con él muchos curiosos,
un
vecino trajo agua,
empanadas
y bizcochos.
Pero no era para
tanto…
Nos
costó acomodarnos,
aunque
éramos muy pocos,
pero
dormimos felices
aquella
noche en el pozo.
Instalamos
lamparitas
con
kilómetros de cable
y
una cuerda con palillo
para
mandar los mensajes.
De
algo estábamos seguros
y
era de alcanzar la meta,
aunque
eso implicara
perforar
medio planeta.
Pero no era para
tanto…
Empezaron
a gritar
los
que estaban más abajo
y
todos creímos cerca
el
fin de nuestro trabajo;
pero
era que otro grupo
de
algún país muy lejano,
al
igual que nuestro equipo,
también
estaba cavando.
Entonces
el mundo era
como
un inmenso hormiguero
con
huecos y galerías
que
se iban extendiendo.
Pero no era para
tanto…
Quizás
el centro no exista
o
esté siempre donde estamos,
o
mañana en una playa
junto
a unos niños jugando.
Pero no era para tanto…
Lo
que mande
Dónde
estará el portero,
dónde
está la autoridad;
la
reunión de los vecinos
cuándo
va a comenzar.
Dónde
estarán las facturas,
la
del agua y la del gas,
quién
va a cerrar las puertas,
quién
las plantas regará.
Dónde
está la policía
ya no
hay seguridad,
dónde
estará el perro malo,
quién
lo va a alimentar.
Que
alguien mande en el trabajo,
que
alguien nos mande a estudiar,
que
alguien ponga un poco de orden,
que
alguien mande ¡por piedad!
Compro, compro, compro...
todo lo que quiero.
Quiero, quiero, quiero...
todo lo que compro.
Compro, compro, compro...
Puedo, puedo, puedo...
todo lo que compro.
Compro,
pago, exijo, quiero,
Lloro,
corro, voy, regreso,
vendo,
alquilo, guardo, ahorro,
pienso,
junto y luego muero... y
compro.
Quién
nos va a hacer las camas,
quién
nos va a masajear,
quién
nos va a abrir la puerta
para
irnos a jugar;
quién
nos va a lustrar las botas,
quién
nos va a vender la paz,
quién
nos va a cortar las uñas,
quién
nos va a sepultar.
Compro, compro, compro...
Entre
cuentos y descuentos,
entre
cursos y discursos,
entre
trozos y destrozos,
entre
cargas y descargas,
entre
sastres y desastres,
entre
portes y deportes,
entre
honras y deshonras,
entre
manes y desmanes,
entre
cargos y descargos,
entre
censos y descensos.
Entre gustos y
disgustos,
entre gracias y
desgracias,
entre bordes y
desbordes,
entre culpas y
disculpas,
entre tintos y
distintos.
Hay que andarse con
cautela
de los brujos del
lenguaje,
que andan jugando
al ringrraje
en las puertas ´e
la cabeza.
Entre
puestos y dispuestos,
entre
pones y dispones,
entre
ánimo y desánimo,
entre vueltos y
devueltos,
entre
hechos y desechos,
entre
velos y desvelos,
entre
colas y descolas,
entre
tetes y destetes,
entre
turbios y disturbios,
entre
paros y disparos.
Entre putas y
disputas,
entre formas y
deformas,
entre pares y
dispares,
entre armas y
desarmas,
entre ciertos y
desiertos,
Hay que andarse con cautela…
Somos lo que comemos
Somos
ricachones o somos pordioseros,
somos
la novia linda del más feo;
somos
burgueses o somos proletarios,
somos
la naftalina apolillada en el armario;
somos
creyentes o somos iconoclastas,
somos
matapulgas en un circo de subasta;
somos
corajudos o somos cobardes,
somos
los muertos de hambre
que custodiamos la carne.
Somos, somos lo que somos.
Somos, somos lo que comemos.
Como, como lo que somos.
Somos, somos lo qué, qué, cómo…
Cómo que no somos, cómo que no como,
como que qué cómo, como cómo que qué como…
Somos
alegres o somos aburridos,
somos
los que compramos enlatados vencidos;
somos
nacionalistas o somos forasteros,
somos
estudiantes en estantes extranjeros;
somos
artistas o somos arteros,
somos
los que hacen fila para el guiso cuartelero;
somos
sagaces o somos pelotudos,
somos
la soberbia del que quiso y nunca pudo.
Somos…
Desaforismos
Lo
que asombra no es que haya poderosos,
sino que sean tan pocos.
Hay
que decirlo, la pobreza no es tan mala,
también es hospitalaria.
El
peor delito es el atentado violento al poder.
Nadie
piensa en los servicios de inteligencia.
El
cóndor pasa, los asesinos quedan.
La democracia es la tanda publicitaria
de las
dictaduras.
Las
fuerzas de paz son una almohada de abrojos.
La policía sirve a las sociedades anónimas.
La esperanza es una sala de espera sin médico.
La tarjeta de crédito es un carné de racionamiento.
Lo malo de los dentistas
es que te arrancan las muelas.
Los científicos
están al margen de la ley.
Quién
mide las barométricas del poder…
Hecha
la ley, hecha la trampa
(para el que no la cumpla).
Todos
los partidos políticos son ambidiestros.
En cada elección se refuerza
la camisa de la
democracia.
La iglesia promete sanación,
y la intendencia
saneamiento.
La única carne que conocemos es la de cañón.
La democracia tiembla hasta cuando
alguien abre una
ventana.
Cortando grueso, poder se parece mucho a podar.
En la ficción de la realidad
no hay heroína que te
salve.
30.000 niños mueren
de diarrea cada día;
políticos y
empresarios
también se cagan a diario,
pero de risa.
La izquierda se
derechiza cuando la derecha
da un paso al costado.
La democracia
avanza: derecha, izquierda,
derecha, izquierda, derecha, izquierda...
Quién
mide las barométricas del poder…
El
ciudadano es el gran hermano
del individuo.
Estamos
generando mano de obra clasificada.
El papa, más que pastor, es un terrateniente.
Los
noticieros quieren dar la nota,
pero siempre desafinan.
No
todas las empresas son malas,
algunas son aterradoras.
Los
liberales también saben artes marxiales.
Los países ricos
sufren de emigraña.
Quién
mide las barométricas del poder…
(el
poder es una mierda)
Cualquiera
Cualquiera puede ser
un gran señor,
cualquiera que salga
en televisión;
cualquiera puede darse
cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera puede ser
el presidente,
cualquiera que tenga
todos los dientes;
cualquiera puede darse
cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera puede ser
dueño de un banco,
cualquiera ser ladrón
de guante blanco;
cualquiera puede darse
cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera, decime la
verdad,
si no es cualquiera.
Cualquiera puede ser
un diputado,
cualquiera ser el
líder más votado;
cualquiera puede darse cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera puede ser
súperrockero,
cualquiera con talento y sin dinero;
cualquiera puede darse
cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera puede tener
un palacio,
cualquiera que vaya
ahorrando despacio;
cualquiera puede darse
cuenta
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si
no es cualquiera.
Cualquiera,
decime la verdad,
si no es cualquiera.
El
elefante y la luna
Había
una vez un elefante
que
sufría de insomnio todo el tiempo,
y por
eso solía caminar mucho,
para
cansarse y conciliar el sueño.
Una
noche de invierno miró el cielo
y vio
cómo la luna tiritaba;
le
chistó tímidamente con la trompa,
subido
a la montaña más cercana.
La luna se acercó toda temblando
y él le preguntó qué le pasaba:
ella le contestó, castañeteando,
que tenía más frío que una estatua.
El
elefante se quedó muy preocupado,
pensando
en encontrarle una salida;
aunque
pensó muy poco, hay que decirlo,
pues
se pasó durmiendo todo el día.
Como
saben los lirones y los osos,
que
el sueño es el más sabio consejero,
cuando
el elefante abrió los ojos,
tenía
el problema casi resuelto;
y decimos que casi, porque luego,
cuando
salió a caminar con paso lento,
se murió de calor el pobrecito
y el sol le iluminó el razonamiento.
A la
noche siguiente fue corriendo,
a
pesar de la pereza y la fatiga,
y
subió otra vez a la montaña
para
contarle la idea a su amiga;
y
esto es más o menos lo que dijo:
“Che,
luna, me rompí el bocho pensando
y se
me ocurrió una idea que es muy buena.
Esperame
acá mañana y te lo aclaro.”
Al día siguiente, pero más temprano,
apenas eran las dos de la tarde,
el elefante buscó al sol de nuevo
para hacerle su propuesta tan brillante.
La
idea era que el sol le calentara
un
puñado de nubes mofletudas,
y las
dejara en un rincón del cielo
para
que fueran abrigo de la luna.
El
sol se lo quedó mirando serio
y
después le mostró una sonrisa.
“¿Por
qué no se me había ocurrido antes?
¡Tu
idea me parece una joyita!”
Así que cuando ya se estaba yendo,
el sol dejó un montón de nubecitas
con tanto calor que, aquella noche,
la luna estaba loca de la vida.
También el elefante, de contento
no más, se le curaron los insomnios,
y se fue tarareando a la catrera
esta canción que cantamos a coro.
Y así
dice que dicen los que dicen
que si alguien tiene frío por las noches,
lo mejor es soñar con elefantes
que inventan las más raras soluciones.
A la luz de un candil (versión
libre)
Porque compré termo chino,
porque
olvidé la caldera,
porque
tiré la alpargata
para
comprarme chinela.
Porque
nunca supe el himno
nacional
o la bandera,
porque
no conocí gauchos,
ni
Corrales ni Tranqueras.
Arrésteme sargento
y póngame cadenas.
Porque
nunca tuve perro,
ni
gallo ni pajarera,
porque
si me hablan de fútbol
la
verdad no tengo idea.
Porque
no creo en Artigas,
ni
Rivera o Lavalleja,
porque
nunca como asado,
ni
me acuerdo cómo era.
Arrésteme sargento y póngame cadenas…
Porque
no me gusta el gofio,
ni
el caracú ni la lengua,
porque
no voy a los burros,
ni
al casino ni a la iglesia.
Porque prefiero las camas
a
los libros o a las mesas,
porque
sé que los políticos
tiene
lenguas de manteca.
Arrésteme sargento
y póngame cadenas…
Coprofecía
¿Está lloviendo mierda extraterrestre
o acaso son soretes de astronauta?
¿Será que el mundo es una gran sopapa?
Tal vez sea como un cosmoretrete.
Lo cierto es que la mierda que más huele
no es la mierda de guiso más barata,
sino la más lujosa aristocaca,
esa que huele a frío hambre y muerte.
Un día habrá una rebelión de culos
y vamos a cagarnos bien en todo,
haremos de este mundo un inodoro
que llenará la mierda del futuro.
Cuando la mierda
les llegue hasta el cuello,
a coro gritarán que no hagan ola;
en ese bowling ya no tendrán bola
y cambiarán las reglas de este juego.
Los poderosos nacerán sin culo
y comerán la mierda que cagaron,
sus cuerpos se hincharán como gusanos
y explotarán sin pausa y sin apuro.
No teman, no es el cielo el que se caga,
son los hijos de puta de este mundo,
que vuelan como pedos nibelungos
e inofensivas luces de bengala.
Cuando la mierda les llegue hasta el cuello,
a coro gritarán que no hagan ola;
en ese bowling ya no tendrán bola
y cambiarán las reglas de este juego.
Chanchos volando
El ómnibus pasa,
los diarios informan,
se olvidan las normas,
la guita te alcanza;
el súper te fía,
los taxis no cobran,
hay morfe de sobra,
no hay más policía.
Ayer el senado
cerró por desierto,
bailaron los muertos,
lloró un diputado,
regalan chorizos,
canillas de vino,
saluda el vecino,
no pincha el erizo.
Algo
está pasando,
todo
está muy raro,
los
ricos de paro,
los
chanchos volando.
Todos duermen siesta,
nadie tiene alarmas,
se olvidan las armas,
es todo una fiesta.
Dice el presidente
que no es necesario,
que es un mercenario
que engaña a la gente.
Cierran hospitales
por falta de enfermos,
enfrían los termos,
hay pocos González,
arriba es abajo,
´tá lleno el vacío,
el calor es frío,
es bueno el trabajo.
Lo largo es lo corto,
memoria es amnesia,
ahora la iglesia
promueve el aborto,
lo dulce es salado,
no vale el dinero,
todos son solteros
y piensa el soldado.
Algo
está pasando…
Camino a la taberna…
Todos los días me
emborracho
y ya no entiendo a
mi alma perra,
pero, cómo estar
sobrio, guachos,
si andan todos
ebrios de guerra.
Bebe
el padre, bebe el hijo,
bebe
el cura, el monaguillo,
bebe
el perro, bebe el gato,
bebe
el santo y bebe el diablo,
bebe
el cuerdo, bebe el loco,
beben
mucho, nunca poco,
bebe
el prócer y el poeta,
en
zapatos o en chancletas,
bebe
en vaso o en botella,
beben
ellos, beben ellas,
bebe el viejo y el
bebé,
que
al nacer nace la sed.
(Bibit hera, bibit
herus, bibit miles, bibit clerus, bibit velox, bibit piger, bibit albus, bibit
niger, bibit constants, bibit vagus, bibit rudis, bibit magus, bibit puer,
bibit canus, bibit presul et decanus, bibit soror, bibit frater, bibit anus,
bibit mater, bibit ista, bibit ille, bibunt
centum, bibunt mille…)
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