viernes, 28 de noviembre de 2014

(el día del toque pueden llevarse un librito con las letras y otras yerbas)




luciérnaga sublingual



desaforismos





club de bochas del parque rodó

10 diciembre 2014









El ratón


Los que esconden la piedra,
que tiren una mano;
los que estén libres de brújula,
que arrojen la primera pérdida.
El colchón es una alcancía
llena de sueños y pelusas.

En el rincón más oscuro,
el ratón tocaba el arpa;
el director de la orquesta
era un violinista manco,
que había perdido la mano
corriendo por los tejados.

El que quiera que lo escuchen,
que chifle en el culo de un chancho;
el que quiera remojarse,
que pesque una mojarrita.
El trabajo dignifica…
sólo cuando se pierde.
El colchón es una alcancía
llena de sueños y pelusas.

En el rincón más oscuro…





De-rumba

No se sabe de dónde pintó un día
un balde de pintura medio rara
con la que dibujar en las paredes
las cosas que la gente más deseara;

algunos quisieron comer asado
y dibujaron uno en algún muro,
y al punto lo tuvieron en las manos,
así nomás de golpe y sin embrujos.

Entonces cada día los pinceles
pintaban hamburguesas y colchones,
almohadas, cacerolas, choripanes,
y hubo hasta rosca con chicharrones.

Un día se quejó el almacenero
de que era un atropello escandaloso;
de noche lo pintaron con muletas
y para siempre el rengo fue su apodo.

Quedaba muy poco de la pintura,
así que se llamó a toda la gente
para ver qué se hacía con el resto…
acaso organizar un gran banquete.





La idea que se impuso fue el dibujo
de toda la ciudad, pero en pequeño,
donde estaban las cosas más odiosas,
los bancos, los cuarteles y los templos,

las cárceles, los shoppings, los canales,
todas las dependencias del estado,
y, cuando se acababa la pintura,
ya era una gran fiesta en todo el barrio.

Todo el mundo traía su maceta,
su pala, su martillo, su zapato,
su pico, su cuchillo o su cascote,
para golpear el muro y derribarlo.

Sabemos que el derrumbe ya ha empezado,
pero nunca sabremos cuándo acabe;
quizás aún se halle muy lejano,
quizás esté a la vuelta de su calle.

Por las dudas si escucha algo que cae,
será mejor que piense en su futuro,
no sea que en la pintura del muro
usted también esté en alguna parte.




Los sapos

Los sapos tienen paciencia,
porque olvidaron la violencia
y fuman hasta que explotan.

Los sapos ya no son ranas,
porque no les importa nada;
quieren saltar y rebotan.

Los sapos son más felices
si los tratan de perdices
y los cazan cuando votan.

Los sapos saben de todo
  y hablan hasta por los codos
  de lo que a nadie le importa.

Los sapos son divertidos
y se cambian de vestido
aunque la fiesta sea corta.

Los sapos se hacen los osos,
si son sapos de otro pozo
los que se ponen de moda.




Pésame

La originalidad es una marca registrada.
Las tribus están llenas de caciques.
El lenguaje es disfraz y no frazada.
Los líderes se camuflan criticándolos.

El mundo es un teatro, pero mal actuado.
Las vacas acá también son sagradas.
Los libros son panteones, no sólo por el precio.
Nadie es profeta, mucho menos en su entierro.

Los faquires sueñan que son caníbales.
Los intelectuales sin huevos 
son los nuevos monjes.
Es el voto donde el alma renuncia.
El sentido común es un sentido pésame.

Pésame, pésame mucho, 
como si fuera esta noche la última vez.

La biblia es la primera de las constituciones,
ajo por ajo y diente por diente.
La calle anda con dolor de suelas.
El menor es mayor siempre que no sea tu hijo.



El ojo es un bolillero de mundos.
Lo peor de las instituciones 
es la idea que encierran.
La propiedad es la madre de todos los juicios.
Lo malo del vino es que, como vino, se va.

Los faquires sueñan que son caníbales…
Pésame, pésame mucho…




Viaje al centro de la tierra



Todo empezó una mañana
cuando fuimos a la playa
y empezamos a jugar
con los moldes y las palas.
Después de varios intentos,
nos aburrimos un poco
de castillos y montañas
y empezamos con un pozo.

Al principio era chiquito,
después, claro, fue creciendo,
junto con nuestro entusiasmo,
el tamaño del agujero.
  
Pero no era para tanto,
aunque parezca quimera,
sólo queríamos llegar
hasta el centro de la tierra.

Luego nos metimos dentro,
vimos que era divertido,
alguien trajo una escalera
y alguien más baldes y picos.
La gente se iba arrimando
y ya se sentían las ganas
de colaborar con la obra,
que a esa altura ya era magna.

El sol ya se estaba yendo,
y con él muchos curiosos,
un vecino trajo agua,
empanadas y bizcochos.

Pero no era para tanto…

Nos costó acomodarnos,
aunque éramos muy pocos,
pero dormimos felices
aquella noche en el pozo.
Instalamos lamparitas
con kilómetros de cable
y una cuerda con palillo
para mandar los mensajes.

De algo estábamos seguros
y era de alcanzar la meta,
aunque eso implicara
perforar medio planeta.

Pero no era para tanto…



Empezaron a gritar
los que estaban más abajo
y todos creímos cerca
el fin de nuestro trabajo;
pero era que otro grupo
de algún país muy lejano,
al igual que nuestro equipo,
también estaba cavando.

Entonces el mundo era
como un inmenso hormiguero
con huecos y galerías
que se iban extendiendo.

Pero no era para tanto…

Quizás el centro no exista
o esté siempre donde estamos,
o mañana en una playa
junto a unos niños jugando.

Pero no era para tanto…




Lo que mande


Dónde estará el portero,
dónde está la autoridad;
la reunión de los vecinos
cuándo va a comenzar.
Dónde estarán las facturas,
la del agua y la del gas,
quién va a cerrar las puertas,
quién las plantas regará.

Dónde está la policía
ya no hay seguridad,
dónde estará el perro malo,
quién lo va a alimentar.
Que alguien mande en el trabajo,
que alguien nos mande a estudiar,
que alguien ponga un poco de orden,
que alguien mande ¡por piedad!

Compro, compro, compro...
todo lo que quiero.
Quiero, quiero, quiero...
todo lo que compro.
Compro, compro, compro...
Puedo, puedo, puedo...
todo lo que compro.

Compro, pago, exijo, quiero,
Lloro, corro, voy, regreso,
vendo, alquilo, guardo, ahorro, 
pienso, junto y luego muero... y compro.



Quién nos va a hacer las camas,
quién nos va a masajear,
quién nos va a abrir la puerta
para irnos a jugar;
quién nos va a lustrar las botas,
quién nos va a vender la paz,
quién nos va a cortar las uñas,
quién nos va a sepultar.

Compro, compro, compro...








Los brujos del lenguaje



Entre cuentos y descuentos,
entre cursos y discursos,
entre trozos y destrozos,
entre cargas y descargas,
entre sastres y desastres,
entre portes y deportes,
entre honras y deshonras,
entre manes y desmanes,
entre cargos y descargos,
entre censos y descensos.

Entre gustos y disgustos,
entre gracias y desgracias,
entre bordes y desbordes,
entre culpas y disculpas,
entre tintos y distintos.

Hay que andarse con cautela
de los brujos del lenguaje,
que andan jugando al ringrraje
en las puertas ´e la cabeza.



Entre puestos y dispuestos,
entre pones y dispones,
entre ánimo y desánimo,
entre vueltos y devueltos,
entre hechos y desechos,
entre velos y desvelos,
entre colas y descolas,
entre tetes y destetes,
entre turbios y disturbios,
entre paros y disparos.

Entre putas y disputas,
entre formas y deformas,
entre pares y dispares,
entre armas y desarmas,
entre ciertos y desiertos,

Hay que andarse con cautela…



Somos lo que comemos

Somos ricachones o somos pordioseros,
somos la novia linda del más feo;
somos burgueses o somos proletarios,
somos la naftalina apolillada en el armario;
somos creyentes o somos iconoclastas,
somos matapulgas en un circo de subasta;
somos corajudos o somos cobardes,
somos los muertos de hambre 
que custodiamos la carne.



Somos, somos lo que somos.
Somos, somos lo que comemos.
Como, como lo que somos.
Somos, somos lo qué, qué, cómo…
Cómo que no somos, cómo que no como,
como que qué cómo, como cómo que qué como…

Somos alegres o somos aburridos,
somos los que compramos enlatados vencidos;
somos nacionalistas o somos forasteros,
somos estudiantes en estantes extranjeros;
somos artistas o somos arteros,
somos los que hacen fila para el guiso cuartelero;
somos sagaces o somos pelotudos,
somos la soberbia del que quiso y nunca pudo.

Somos…



Desaforismos

Lo que asombra  no es que haya poderosos, 
sino que sean tan pocos.
Hay que decirlo, la pobreza no es tan mala, 
también es hospitalaria.
El peor delito es el atentado violento al poder.
Nadie piensa en los servicios de inteligencia.

El cóndor pasa, los asesinos quedan.
La democracia es la tanda publicitaria 
de las dictaduras.
Las fuerzas de paz son una almohada de abrojos.
La policía sirve a las sociedades anónimas.

La esperanza es una sala de espera sin médico.
La tarjeta de crédito es un carné de racionamiento.
Lo malo de los dentistas 
es que te arrancan las muelas.
Los científicos están al margen de la ley.
Quién mide las barométricas del poder…



Hecha la ley, hecha la trampa 
(para el que no la cumpla).
Todos los partidos políticos son ambidiestros.
En cada elección se refuerza 
la camisa de la democracia.
La iglesia promete sanación, 
y la intendencia saneamiento.

La única carne que conocemos es la de cañón.
La democracia tiembla hasta cuando 
alguien abre una ventana.
Cortando grueso, poder se parece mucho a podar.
En la ficción de la realidad 
no hay heroína que te salve.



30.000 niños mueren de diarrea cada día;
políticos y empresarios 
también se cagan a diario, 
pero de risa.
La izquierda se derechiza cuando la derecha 
da un paso al costado.
La democracia avanza: derecha, izquierda, 
derecha, izquierda, derecha, izquierda...

Quién mide las barométricas del poder…

El ciudadano es el gran hermano del individuo.
Estamos generando mano de obra clasificada.
El papa, más que pastor, es un terrateniente.
Los noticieros quieren dar la nota, 
pero siempre desafinan.

No todas las empresas son malas, 
algunas son aterradoras.
Los liberales también saben artes marxiales.
Los países ricos sufren de emigraña.
Quién mide las barométricas del poder…
(el poder es una mierda)


  

Cualquiera

Cualquiera puede ser un gran señor,
cualquiera que salga en televisión;
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.



Cualquiera puede ser el presidente,
cualquiera que tenga todos los dientes;
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.

Cualquiera puede ser dueño de un banco,
cualquiera ser ladrón de guante blanco;
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.

Cualquiera, decime la verdad, 
si no es cualquiera.

Cualquiera puede ser un diputado,
cualquiera ser el líder más votado; 
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.



Cualquiera puede ser súperrockero, 
cualquiera con talento y sin dinero; 
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.

Cualquiera puede tener un palacio,
cualquiera que vaya ahorrando despacio;
cualquiera puede darse cuenta 
de que eso es cualquiera.
Decime la verdad, si no es cualquiera.

Cualquiera, decime la verdad, 
si no es cualquiera.




El elefante y la luna

Había una vez un elefante
que sufría de insomnio todo el tiempo,
y por eso solía caminar mucho,
para cansarse y conciliar el sueño.

Una noche de invierno miró el cielo
y vio cómo la luna tiritaba;
le chistó tímidamente con la trompa,
subido a la montaña más cercana.

La luna se acercó toda temblando
y él le preguntó qué le pasaba:
ella le contestó, castañeteando,
que tenía más frío que una estatua.

El elefante se quedó muy preocupado,
pensando en encontrarle una salida;
aunque pensó muy poco, hay que decirlo,
pues se pasó durmiendo todo el día.

Como saben los lirones y los osos,
que el sueño es el más sabio consejero,
cuando el elefante abrió los ojos,
tenía el problema casi resuelto;

y decimos que casi, porque luego,
cuando salió a caminar con paso lento, 
se murió de calor el pobrecito
y el sol le iluminó el razonamiento.




A la noche siguiente fue corriendo,
a pesar de la pereza y la fatiga,
y subió otra vez a la montaña
para contarle la idea a su amiga;

y esto es más o menos lo que dijo:
“Che, luna, me rompí el bocho pensando
y se me ocurrió una idea que es muy buena.
Esperame acá mañana y te lo aclaro.”

Al día siguiente, pero más temprano,
apenas eran las dos de la tarde,
el elefante buscó al sol de nuevo
para hacerle su propuesta tan brillante.



La idea era que el sol le calentara
un puñado de nubes mofletudas,
y las dejara en un rincón del cielo
para que fueran abrigo de la luna.

 El sol se lo quedó mirando serio
y después le mostró una sonrisa.
“¿Por qué no se me había ocurrido antes?
¡Tu idea me parece una joyita!”

Así que cuando ya se estaba yendo,
el sol dejó un montón de nubecitas
con tanto calor que, aquella noche,
la luna estaba loca de la vida.

También el elefante, de contento
no más, se le curaron los insomnios,
y se fue tarareando a la catrera
esta canción que cantamos a coro.

Y así dice que dicen los que dicen
que si alguien tiene frío por las noches,
lo mejor es soñar con elefantes
que inventan las más raras soluciones.









A la luz de un candil (versión libre)

Porque compré termo chino,
porque olvidé la caldera,
porque tiré la alpargata
para comprarme chinela.

Porque nunca supe el himno
nacional o la bandera,
porque no conocí gauchos,
ni Corrales ni Tranqueras.

Arrésteme sargento
y póngame cadenas.



Porque nunca tuve perro,
ni gallo ni pajarera,
porque si me hablan de fútbol
la verdad no tengo idea.

Porque no creo en Artigas,
ni Rivera o Lavalleja,
porque nunca como asado,
ni me acuerdo cómo era.

Arrésteme sargento y póngame cadenas…

Porque no me gusta el gofio,
ni el caracú ni la lengua,
porque no voy a los burros,
ni al casino ni a la iglesia.

Porque prefiero las camas
a los libros o a las mesas,
porque sé que los políticos
tiene lenguas de manteca.

Arrésteme sargento
y póngame cadenas…


   


Coprofecía

¿Está lloviendo mierda extraterrestre
o acaso son soretes de astronauta?
¿Será que el mundo es una gran sopapa?
Tal vez sea como un cosmoretrete.

Lo cierto es que la mierda que más huele
no es la mierda de guiso más barata,
sino la más lujosa aristocaca,
esa que huele a frío hambre y muerte.

Un día habrá una rebelión de culos
y vamos a cagarnos bien en todo,
haremos de este mundo un inodoro
que llenará la mierda del futuro.

Cuando la mierda
les llegue hasta el cuello,
a coro gritarán que no hagan ola;
en ese bowling ya no tendrán bola
y cambiarán las reglas de este juego.



Los poderosos nacerán sin culo
y comerán la mierda que cagaron,
sus cuerpos se hincharán como gusanos
y explotarán sin pausa y sin apuro.

No teman, no es el cielo el que se caga,
son los hijos de puta de este mundo,
que vuelan como pedos nibelungos
e inofensivas luces de bengala.

Cuando la mierda les llegue hasta el cuello,
a coro gritarán que no hagan ola;
en ese bowling ya no tendrán bola
y cambiarán las reglas de este juego.





Chanchos volando


El ómnibus pasa,
los diarios informan,
se olvidan las normas,
la guita te alcanza;
el súper te fía,
los taxis no cobran,
hay morfe de sobra,
no hay más policía.

Ayer el senado
cerró por desierto,
bailaron los muertos,
lloró un diputado,
regalan chorizos,
canillas de vino,
saluda el vecino,
no pincha el erizo.

Algo está pasando,
todo está muy raro,
los ricos de paro,
los chanchos volando.

Todos duermen siesta,
nadie tiene alarmas,
se olvidan las armas,
es todo una fiesta.
Dice el presidente
que no es necesario,
que es un mercenario
que engaña a la gente.



Cierran hospitales
por falta de enfermos,
enfrían los termos,
hay pocos González,
arriba es abajo,
´tá lleno el vacío,
el calor es frío,
es bueno el trabajo.
  
Lo largo es lo corto,
memoria es amnesia,
ahora la iglesia
promueve el aborto,
lo dulce es salado,
no vale el dinero,
todos son solteros
y piensa el soldado.

Algo está pasando…

  




Camino a la taberna…
   
Todos los días me emborracho
y ya no entiendo a mi alma perra,
pero, cómo estar sobrio, guachos,
si andan todos ebrios de guerra.

Bebe el padre, bebe el hijo,
bebe el cura, el monaguillo,
bebe el perro, bebe el gato,
bebe el santo y bebe el diablo,
bebe el cuerdo, bebe el loco,
beben mucho, nunca poco,
bebe el prócer y el poeta,
en zapatos o en chancletas,
bebe en vaso o en botella,
beben ellos, beben ellas,
bebe el viejo y el bebé,
que al nacer nace la sed.



(Bibit hera, bibit herus, bibit miles, bibit clerus, bibit velox, bibit piger, bibit albus, bibit niger, bibit constants, bibit vagus, bibit rudis, bibit magus, bibit puer, bibit canus, bibit presul et decanus, bibit soror, bibit frater, bibit anus, bibit mater, bibit ista, bibit ille, bibunt centum, bibunt mille…)

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